Su popularidad ha crecido en los últimos años, pues este vino ligero, delicado y cautivador es perfecto en todas partes, va muy bien en el calor, tardes con amigos y en momentos frescos y divertidos.
El vino rosado consigue esa tonalidad clara debido a la corta maceración de los hollejos de las uvas. Se trata de un vino más ácido y de sabor más suave que el tinto, pero repleto de matices que hay que tener en cuenta a la hora de acompañarlo con según qué alimentos.
Francia es la tierra natal del rosado, precisamente la Provence y es bastante popular; de hecho, los franceses beben más rosado que blanco. Aproximadamente una de cada tres botellas de vino que se venden en Francia es rosado.
Vino rosado, el acompañante ideal
El vino rosado combina la frescura del blanco y la impresión en boca del tinto. El rosado es ideal en ciudades de clima es “templado” con un promedio de 20 a 23 grados. Aunque si el plan es ir a la playa o al campo, los rosados son también una gran opción.
Al tener características tanto del blanco como del tinto, amplían las opciones de maridaje. Su encanto y exquisitez, radica en su variedad de sutiles aromas, colores y sabores.
Maridan a la perfección con platos ligeros, como arroz, paella, pastas, mariscos y quesos suaves, que no posean un sabor contundente para que no atenúen su presencia.
Aquí una pequeña guía que te dará opciones para hacer el match perfecto:
Con embutidos, quesos y carnes ahumadas: un rosado color púrpura será perfecto para este tipo de alimentos, sobre todo con quesos suaves. · Con marisco: los vinos rosados con cierto aroma afrutado pueden resultar el acompañamiento perfecto para todo tipo de mariscos.
· Con pescado: al igual que con el marisco, algunos rosados afrutados o de aromas vegetales serán una excelente opción para acompañar estos platos.
· Con arroz y pasta: los vinos rosados maridan a la perfección con platos ligeros elaborados con arroz, como puede ser la paella, o con pasta acompañada de salsa de tomate o una salsa blanca.
· Con postres: el aroma dulce de algunos vinos rosados combina muy bien con un buen postre.
Como puedes comprobar, los vinos rosados, debido a esa sutileza, suavidad y frescura que poseen, maridan a la perfección con platos ligeros, que no posean un contundente sabor para que no atenúen su presencia.